Martina se levantó por la mañana y ya tenía el desayuno listo. Desayunó corriendo, pues no le daba tiempo a llegar al examen de historia que tenía a primera hora. Se vistió cómo puedo y cogió el autobús.
Al llegar a clase, se sorprendió bastante, pues no había ningún examen, es más, habían hecho grupos de cinco para conversar sobre un tema bastante interesante. Al finalizar la clase Martina le preguntó a su profesora que por qué no había hecho examen, a lo que ella contestó que qué era un examen.
Martina se estaba volviendo loca. Recogió sus cosas y al salir de clase pudo ver que la gente que salía del instituto sacaba de tres en tres sus valenbicis, sin necesidad de sacarse el ticket. ¿Aquello era un sueño?
Se pellizco varias veces la mejilla, pero vio que era todo real, era simplemente su mundo perfecto.
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